Lula da Silva continúa en San Pablo, refugiado en la sede Sindicato de Metalúrgicos del ABC, junto a miles de manifestantes que lo apoyan. Desde allí, el ex presidente de Brasil escribió un mensaje que publicó en su cuenta personal de Twitter:"la lucha continúa. Gracias".
Tras haberse cumplido a las 17 hora argentina el plazo otorgado por el juez Sérgio Moro para que Lula da Silva se entregue a la Policía Federal, el ex presidente de Brasil entró oficialmente en rebeldía. Si bien en un principio se anunció que sería detenido de inmediato, al parecer el ex mandatario habría negociado para entregarse entre mañana y el lunes, ya que -según expresó-, quiere estar presente en la misa de su esposa.
Pasadas las 16, se esperaba la palabra del ex mandatario pero prefirió no hablar. De acuerdo a versiones periodísticas, Moro quería que Lula se entregue en la cárcel de Curitiba, pero el expresidente se negó a hacerlo: quiere que la Justicia lo busque en el sindicato y ante sus seguidores.
Sus fieles rechazan su detención y se agruparon en las inmediaciones del sindicato para apoyar al líder del Partido de los Trabajadores (PT).
Da Silva fue condenado por un lujoso departamento que recibió como soborno de la constructora OAS, a cambio de garantizarle a la empresa contratos con la estatal Petrobras. Estas coimas rondan los US$ 1,2 millones.